Entre enero y junio han muerto 394 trabajadores en un accidente laboral, lo que supone un incremento del 18% respecto al año anterior. Así se desprende de los datos publicados este miércoles por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. De mantenerse la tendencia, la cifra provisional de muertes al final del año se acercaría a las 800 personas, según Comisiones Obreras.
La mayor parte de las víctimas figuraban como asalariados pues solo 41 eran trabajadores por cuenta propia. La principal causa de muerte fueron infartos, derrames cerebrales y otras causas naturales. Sin embargo, las amputaciones o aplastamientos aumentaron un 34% respecto al año previo, con un total de 59 fallecidos. De manera general, los accidentes mortales en jornada de trabajo se incrementaron un 15,5%, mientras que los siniestros in itínere, es decir, durante el desplazamiento, se dispararon un 29,8% respecto al mismo periodo de 2021.
Ante este escenario, el sindicato ha solicitado al Gobierno y a las comunidades autónomas que actúen con celeridad para garantizar que las empresas cumplan la legislación en prevención de riesgos laborales. «No podemos seguir así, la siniestralidad laboral está desbocada y eso es en buena parte producto del deterioro de los sistemas preventivos en las empresas y de la falta de puesta en marcha de políticas públicas activas en materia de seguridad y salud en el trabajo», ha remarcado Sanz.